-Aquí todos estamos locos. Yo estoy loca. Tú estás loco. - ¿Cómo sabes que yo estoy loco? - Tienes que estarlo, o no habrías venido aquí.

miércoles, 9 de marzo de 2011

No le gusta la soledad

Tras 7 horas sentada en la misma silla, delante de la misma ventana, y encerrada en la misma habitación, Juliette decide hacer algo de provecho.
Mira a su alrededor, las paredes cada vez se hacen mas pequeñas, aparecen barrotes en su ventanal.
Podría hacer millones de cosas, divertidas, entretenidas, pero no tiene ganas de mover un solo dedo.
Aquello que mas quería, se esfumó sin decir nada. El amor había desaparecido de su vida, pero su roto corazón aún tenia ganas de más.
Atardece, el sol cada vez mas bajo, ahora justo delante de ella dándole diferentes tonalidades naranjas a su habitación. Es precioso.
No le gusta que el sol se vaya, no le gusta estar sola en un atardecer.
Hoy no se ve guapa.
Sigue mirando a su alrededor, la habitación cada vez mas oscura parece la celda de una loca desquiciada.
Desea amar, desea volver a amar.
Se levanta de la silla, se mira en el espejo y sonríe.
Hoy esta mas preciosa que la luna. Se pone esos zapatos negros que tanto le estilizan.
El vestido que le regaló por su aniversario. Una raya oscura y perfecta sobre sus parpados.
Las mejillas se le sonrojaban solo de pensar en la felicidad.
Tiene unos dientes perfectos, y ahora no va a dejar de enseñarlos jamas...
Juliette sale a la calles, sabe que volverá a amar.

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