Cuando empiezas a echar realmente de menos...

Nudo en la garganta.

Malestar en el estómago.

Lágrimas inconsolables.

Te echo de menos.

Cuando el camino se convierte en dos. Creces y desapareces.
El tiempo no corre a nuestro favor. Espero con ansias el día en el que volvamos a ser un solo camino.
Eres y seras parte de mi. Te quiero conmigo, como lo a sido hasta ahora y te prometo que lo será siempre.
Echo de menos tus enfados.

Tus besos.

Tu egoísmo.

Tu cariño.

Echo de menos que me digas "te quiero".

Y ahora mismo no puedo controlar mis ganas de gritarte y que vengas a consolarme.

Mi único amor incontrolable, sin límites sin fin.

Te echo muchísimo de menos hermano...