Una niña dulce e inocente.
Guardaba sus sueños en un baúl , donde el abuelo guardó sus recuerdos.
Día tras día, un sueño y allí lo escondía.
Todo bajo baúl de madera viejo y sucio.
Así se lo dijo mamá.
Pasaron los años y a Alex le faltaba espacio para tanta ilusión. No sabía que hacer con ellos, pues eran tantos que no podría tener ni uno mas.
Decidió regalarlos a toda persona que creía especial.
En mucho menos tiempo los perdió.
La ya crecida joven, se quedo solo con un sueño. Para ella, el mas especial, el mas importante.
Lo había guardado con gran atención ante muchas dudas sobre que manos dejarlo.
Años pasaron y su sueño no regaló.
Su quimera, el amor.
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