-Aquí todos estamos locos. Yo estoy loca. Tú estás loco. - ¿Cómo sabes que yo estoy loco? - Tienes que estarlo, o no habrías venido aquí.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Cuéntame tu cuento ( 1 )

No siempre los cuentos acaban siendo felices, ni si quiera en su nudo lo son.
Como niña perdida que soy, se acaba mi cuento. Hay quienes le llaman "años". Para mi un cuento mas, y para el siguiente esperando que sea perfecto.
Pero siempre hay historias increíbles en medio matizando la vida.
Este ha sido extraño y veloz. Una vía sin paradas, sin salidas.
No comenzó con un "Había una vez" o "En un país muy lejano..."
No.
Perdida se encontraba la niña, entre multitudes desconocidas. Habían acabado las fiestas, en un lugar donde el frío acosaba los cuerpos de los sonrientes duendecillos. El lugar estaba pintado de colores vivos, música y alegría. En aquel bosque acabó.
No mucho después conoció un alma perdida que con sus cantes seducida, la niña decidió permanecer a su lado, ayudando agradecida.
En todo ese tiempo, mucha gente conoció, y demasiada le prometía la eterna felicidad. Solo antes de poseer su cuerpo. Solo hablar, solo esperaba una amistad. Inocente después el tiempo pasaba y la tristeza abatía su cuerpo.
Una de esas noches, entre la multitud, con la menor importancia, se hallaba un personaje que el destino o la casualidad quiso que fuera el causante de un gran cambio en su camino.
Aquí, podía empezar una de esas historias increíbles que matizan y te obligan a soñar.
Un lobo se cruzó.
Como en todos los cuentos, lobos y brujas se encontraría. No serían los primeros, ni tampoco los últimos.
Miedo tenía, pues licántropos son quienes devoran el final feliz.
Quiero, y típico, puedo, pero no debo...Decir, que de lo que mas estoy agradecida de este cuento ha sido descubrir al lobo.
Como cuando a caperucita le indicba un camino, la niña siguió sus palabras y en la casa de la bestia acabó.
Lejos o no del nido, voló, para buscar un camino y encontrar lobo feroz.
¿Increíble, no?
Olvidaste lo que era. Y miedo al eterno dolor, con su sonrisa a la niña cautivó el corazón.
Acabaron jugando al escondite, al quién es quién. El pilla, pilla le encantaba. Mas aún si en la cama acababan.
...

Cuéntame tu cuento (1)








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